martes, 4 de septiembre de 2012

EgO gEo GeO eGo

"...Saliendo de la casa  «Longines» tuvo intención de realizar varios cateos. Sabía que la geología cordobesa es rica en tungstenos, vanadio, plomo, etcétera. Que las venas afloran, invitando a la desidia de sus pobladores a recoger esa riqueza, apenas con un poquito más de esfuerzo que el necesario para recoger la piola de un balde sumergido. Pero él mismo cedió a la indiferencia. ¿Para qué mortificar la piel ya mortificada del mundo? ¿Para qué horadar la pulpa ya horadada de nuestro esferoide sólido? Prefirió mortificarse, horadarse a sí mismo:
¡Ego: anagrama de geo! ¡El yo: mera transpocisión de la tierra! ¡La carne: engarce telúrico del hombre! ¡Ego, geo!
Abismándose en la propia ontología, llegó teóricamente al fuego central de Descartes. -¿El corazón?- Traspuso la corteza de la antípoda. -¿El instinto?- Y ya en el vacío inmenso, engranó en la mecánica de Laplace. -¿El pensamiento?-No pudo contestarse las preguntas intuidas. Sentía la impostura de los goznes falsos de la cosmología. Estaba en trance de considera el error geocéntrico y el error egocéntrico.  Pero se retuvo. Geo igual a ego. Y volvió desde el abismo, elásticamente, al nivel del sentido común. Nada de cateos. ¿Para qué? ¿Para qué?..."


Extraído de "Caterva"

lunes, 3 de septiembre de 2012

"En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras."